Las hermanas dinamita
Don Rafael
observa que hay una sana rivalidad
casi desde la cuna entre las hermanitas Vásquez Cárdenas.
Al
fallecerle su esposa precozmente, luego de parirle a Eduardo Antonio,
el varón
de la camada, se vio Rafael Vásquez en
la necesidad de acudir con
la comadre Socorro Dorante, que ya construyo su
propio caserón de
amplios corredores, en
las colinas que están al este de la Ciudad,
colindando con el pueblo de Santa
Rosa. Le solicita el atribulado padre que
le reciba a las disimiles niñas y lo ayude
con la crianza y formación.
Hilda Ramona blanca
como la leche es más robusta que la menuda y morenita Rafaela, y lleva siempre
las de ganar, cuando los ánimos se caldean entre ellas.
Una queja frecuente de la hermana menor, es que
Hilda, le deja los oficios más fuerte a ella, que es “más enclenquita” o que
se hace la tonta, como ocurre cuando le da por pasearse por la cocina y meterle cucharazos furtivos al cuenco de maicena.
Algunas veces Rafaela (o Chela como le dicen),
consigue que castiguen a la insaciable
HR, como la vez que trajo a su madrina Socorro, hasta el cuarto compartido,
para que revisara debajo de la cama de Hilda, donde se encontraban los restos
del dulce de cabello de ángel, que insólitamente aun humeante, se había reducido hasta la mitad en la olla.
Así que la “glotona” HR, se pasa parte de la mañana en el patio a pleno sol,
arrodillada sobre unas piedras
pequeñas torturadoras.
En la madrugada con sus rodillas aun adoloridas, Hilda sonriente, cobra venganza y vacía su bacinilla repleta de las aguas de
desecho, en el recipiente de los aseos nocturnos de su hermana menor, quien horrorizada, al
levantarse, tiene que botar sin chistar, los excrementos y orines de las
2.
Chela no pierde
oportunidad de burlarse de los cabellos crespos de su hermana, quien luego
del baño, aplaca la pollina sobre la frente (al estilo francés con un rompecorazones) alisándola con jabón azul, y
a su vez, HR se mofa de las “piernitas de paraulata llanera” de Chela, sin
saber que se está adelantando en el tiempo a mencionar una de las especímenes de
las que serán las compañeras inseparables de su hermana: la colección en el patio
de aves cantoras.
Muy orgullosamente llevamos tio
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