Navidad.
Aunque las
reuniones familiares en el patio son una verdadera fiesta, para la Truya
Aguilar Vasquez, es el 24 de diciembre la más importante. Veamos que eventos se
suman a la alegría de los pequeños por
la venida del niño jesus
Hilda y José son creyentes a carta cabal, cumplen al apego
los mandamientos de la ley de Dios e inclusive le suman algunos extras. Todos las navidades se realiza en familia uno
de los ritos más hermosos de nuestra religión, atribuido a francisco de
Asis: Elaborar un pesebre. Así que la proximidad de esta fiesta significa desempolvar los reyes, la sagrada familia y
preparar el musgo del pesebre. Se procede a buscar una ramas de acacia y unas cajas para que sirvan de soporte y esqueleto del pesebre.
Con ellos se crea la ilusión de unas montañas al cubrirlo
con papel marrón “mache” que se pinta por sectores de verde o blanco en las
cuspides. Se desempacan los pastores , los animales
y las casitas y se va armando poco a poco la versión de este año. Lo llamativo es lo disímil de los
protagonistas de esta representación, ya que cada año se compran nuevas
figuras, para reponer las extraviadas, quebradas o sencillamente perdidas. Así
tenemos unas ovejas más grandes que los
campesinos, unos patos de tres tallas
distintas o unos pollitos que superan a su mama en tamaño. Hasta muñecas y carritos de la caja de los
juguetes de los nietos puso
Hilda en escena en su pesebre.
Este año su última versión es en el patio de la casa signada por el numero 373: el armastrote o tarrample donde van las
figuras es colocado arriba en el tronco
de la mata de mango del fondo, justo en la Y que forma el árbol para hacer su primera división. Si señor, alla
coloca mamaHilda su pesebre, con el niño Jesús como el propio tarzan, chuquiando palo¡
Hallacas y bollos se hacen en familia disponiendo de un
espacio amplio, con música de fondo, puesta al día de los últimos chistes y
acontecimientos familiares y rociados con lo que este rodando en este momento (
desde ponche, ron, cerveza y hasta
scoth) .
Para esta navidad 2 eventos dejan una huella jocosa:
La mesa del comedor
es pequeña para recibir la hoya de guiso, los adornos y las hallacas, por lo
que hilda que siempre tenía algo en construcción, le manda a quitar la puerta
al baño que el Sr Andres llevaba en
ejecución en el patio, y la pone de mesón
de labores. A mitad de faena se acabó el
pabilo y la última tanda de amarre quedo de un bello morado. Que era el color
del tejido del manto , que estaba
realizando la costurera jefa de familia.
La disputa de este año es si las hallacas llevan suficiente
pasitas en el guiso o ese puño de cajas
vacías son porque Henry se las comió otra vez.
Hilda esta vez tomo la precaución de echarle sal al vino
sagrada familia, para que los traviesos de sus retoños no se lo bebieran
friiiito como ocurrió el año pasado.
Manos lavadas,
cabeza cubierta y sin rascarse son las
primeras ordenes que emite la generala a quien vaya a servir de ayudante en
esta fiesta gourmet familiar.
El proceso: Mientras un integrante lava bien las hojas, otros cortan los vegetales en cuadritos
como ocurre con la carne de res,
la pulpa de cochino y una gallina gorda. Estos especimenes se juntan en la olla del guiso que se va
remomiendo con una paleta de madera
mientras recibe su porción de aceite y vino de mosto de uva . Allí les acompañan los encurtidos, alcaparras
y otras menudencias decembrinas. Se espesa este guiso con harina de maíz y
aparte se sofriee unos trozos de tocino que luego se retiran del sarten al
quedar doraditos y se le suma los restantes vegetales. En la etapa final se
extiende una pelota de masa en la hoja, se agrega una cucharada de guiso y otra
de sofritos y se corona con los adornos
de tiras largas de pimentón y cebolla. 2
horas de fuego intenso dejan listas estas poligustosas que se ponen a escurrir
en el lavaplatos. Sin dejarlas que se
enfríen, el más alto de los hermanos, que ya se metió previamente entre pecho y
espalda un plato de guiso , le da el visto bueno a las
envueltas de este año, desamarrando hasta 4 hallacas que se engulle de un solo tirón.
Se procede entonces
al ritual de los bollos: Todo el sobrante de carnes, vegetales y adornos pasa a
una olla grande donde se amasaran con 3 liquidos; el repele del caldo de carne, manteca de
cochino y mucho aji picante del frasco
familiar. Con lo que sobro de hojas se medió envuelven estos picosos, para
servirle de desayuno a la tropa con una literal montaña de queso blanco rayado
arriba.
El ingenio de
Hilda es infinito y cada navidad se cambia de motivo para adornar la casa y de
paso dejar unos churupitos, al vender
estos coloridos productos al vecindario.
Arbolitos de navidad plateados de plástico, coronas de adviento de flores
porcelanizadas con parafina o botas de fieltro rojas para meter chucherías, son algunas, de las producciones con el sello
de la robusta Sra.
Cuando vivíamos en
la casa de la carrera 24 , donde ahora funciona la venta de pastelitos
de “LAURO”, los habitantes habituales
del 1er cuarto, fueron desalojados sin previo aviso, mientras estaban
en la escuela y se cambió el mobiliario
de cama, escaparate y ropa por repisas y
mesas de exhibición. Esa temporada el cuarto que tenía una ventana
grande que da hacia la calle 19, sirvió
de minicentrocomercial navideño. Un San Nicolás montado en un trineo hecho de
anime cortado con cuchillos caliente es el atractivo de esas navidades. Por
supuesto en Enero, el juego de cubiertos que está en la mesa familiar tenía su respectivo cuchillo de mango
azul y todos con la hoja de cortar ennegrecida por la exposición a que Hilda los sometió al fuego de la hornilla de cocina.
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